Se viene algo grande

Se viene algo grande 1

Y no se sabe qué tan malo será. Los grandes salones del automóvil están pasando por un momento muy crítico, tal como se evidenció en el reciente Autoshow de Frankfurt IAA. Uno de los iconos sagrados e históricos de la exhibición automovilística mundial junto a Ginebra y París vivió momentos muy tristes por los espacios vacíos y la ausencia de grandes marcas.

Hay una frase muy célebre y común en el entorno europeo de los autos: “Como le va a Frankfurt así le irá a la industria al año siguiente”. Si esto se cumple, será una debacle absoluta.

Hace menos de 20 años las fábricas reservaban cualquier centímetro con meses de anticipación, y pagaban millonadas sólo para instalar uno de sus lanzamientos. Ahora, los metros cuadrados abundan por la escasez de productos exhibidos.

Y para completar, la sal se ensañó con la organización: Durante uno de los días de prensa parte del techo se cayó (por fortuna sin consecuencias) y lo mismo pasó con un display de BMW.

Representantes de la industria también presionaron. “El Salón fue un completo fracaso; una sombra de lo que fue”, dijo el ex CEO de Opel, Karl-Thomas Neumann. A pesar de la crítica tan dura. No asistieron 24 marcas a Frankfurt, entre ellas Toyota, Kia, Nissan, Volvo, FCA y Citroen. Tampoco Ferrari, Bentley, Rolls Royce ni Aston Martin. Las malas lenguas dijeron que Daimler y VW se presentaron obligadas, al igual que Renault.

Varios expertos afirman que se debe federalizar el Salón y llevarlo a otras ciudades como Stuttgart y Munich para que asistan más personas. Nadie sabe si ello mejorará la atención del público, que se calcula este año en 800 mil asistentes, lejos del millón que estuvo en 2002!!

Los salones ya no sorprenden porque, entre otras razones, la información online se ha encargado de asesinar el asombro. Los fabricantes se han dado cuenta, y se han dedicado a generar experiencias de marca que atraigan a la gente: Se traen el visor 4D, la pista de karts, el simulador, pero a costa de los autos y modelos exhibidos. Los autos quedan ahí, como adornos sin atractivo, mientras los jueguitos se llevan la atención. Y tristemente la movilidad eléctrica se está viendo como una experiencia y no como una real alternativa a lo ya existente. Todas las marcas se han enfocado en los vehículos eléctricos y su autonomía, pero aún no se concentran en bajar precios como tampoco en el alcance que debería tener entre la gente; parecen más una moda que una estrategia seria que complemente, y en el futuro quizás reemplace, a los vehículos de combustión.

El IAA de 2019 es un golpe fuerte al establecimiento y a la mirada que hoy día tienen las marcas. Será probablemente un aviso de que la industria se va a reacomodar, y muy fuerte. Y Colombia? En otra dimensión atrasada, muy lejos de la realidad.

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