La felicidad no está en la curva; es la curva misma. Así resume Bugatti al Divo, el automóvil más ágil y dinámico que la marca francesa ha creado, el Divo francés.
Cualquiera diría que su nombre lo merece por presencia, prestigio e historia, pero realmente es un homenaje de la marca a Albert Divo, un piloto francés que ganó con Bugatti la Targa Florio en dos ocasiones durante la década de los 20, hace ya 100 años.
Es una máquina de conducción monumental, con una producción limitada a solo 40 unidades. Combinando una aceleración de infarto y una mayor carga aerodinámica (90 kg mayor para llegar a los 456 kg) es un automóvil construido para las curvas.
Muchos lo comparan con el Chiron, pero en realidad hay muchas diferencias. Por ejemplo, el Divo tiene una longitud de 4,64 metros, 10 cms más que el mencionado, y un downforce de 90 kilos adicionales, para pegarlo más al piso. El Divo pesa 35 kilos menos que el Chiron (1995 vs 2030) porque utiliza rines más livianos, un intercooler mejorado, un sistema de sonido más ligero, y unos alerones en la defensa que pasaron a ser fijos.
Instala el mismo motor que el Chiron, es decir, un 8.0 lts W16 con cuatro turbocargadores. La potencia de salida es de 1,500 caballos a 6,700 rpm y un torque bestial de 1,600 Nm que va de 2,000 hasta las 6,000 rpm. La transmisión es DSG de doble embrague y siete velocidades. La aceleración de 0 – 100 km/h la alcanza en apenas 2.4 segundos, mejor que el Chiron, gracias a su mayor velocidad (380 kms/h controlados) y una aceleración lateral de 1.6 gravedades.
El Divo tiene un nuevo alerón trasero regulable en altura que contribuye a reducir la velocidad de este monstruo, y un difusor nuevo de cuatro salidas de escape que evita que el bólido tome vuelo.
El precio de cada unidad del Divo se cotiza en cinco millones de euros.
