China está considerando regulaciones obligatorias de calidad del aire en la cabina del automóvil para proteger la salud de los conductores, en una medida que podría aumentar los costos para los fabricantes que importan vehículos de los mercados sin esas reglas, dijeron a Automotive News fuentes cercanas a entidades ambientales de ese país.
Es probable que las nuevas reglas de calidad del aire en el automóvil en el mercado automotor más grande del mundo también representen un dolor de cabeza para los proveedores de autopartes, ya que necesitarán ajustar sus productos para cumplir con los nuevos requisitos, dijeron las fuentes.
Según las conversaciones dirigidas por funcionarios del organismo de control ambiental, se requerirá que los vehículos nuevos adelanten una prueba ambiental de la cabina, después de que sus puertas hayan estado cerradas durante horas.
Los reguladores evaluarán el nivel de contaminantes, incluidos el formaldehído y el benceno, dijeron personas familiarizadas con el asunto bajo condición de anonimato, ya que las conversaciones aún no son públicas.
Las autoridades también quieren probar los niveles de radiación electromagnética, ya que los vehículos eléctricos y los automóviles con motor de combustión usan más dispositivos electrónicos, dijeron las fuentes.
Algunos clientes han expresado su preocupación por la radiación de estos dispositivos electrónicos, pero un funcionario de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles dijo el año pasado que dicha radiación no sería dañina la salud humana.
El Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.Actualmente, China permite que todas las marcas vendan automóviles sin certificación local para los estándares de calidad del aire en el automóvil.
En 2011, los reguladores del medio ambiente y la calidad de China publicaron una directriz para el aire dentro de los vehículos de pasajeros, pero declararon que las normas eran recomendables y no obligatorias.
Sin embargo, en los últimos años, China ha intentado hacer cumplir sus propios estándares de certificación de vehículos. En 2019, aceleró un estándar estricto de emisiones diseñado independientemente para automóviles de gasolina, después de utilizar reglamentaciones de emisiones similares a las europeas durante años, lo que condujo a un caos en las ventas
