Alemania pide claridad a Stellantis sobre Opel. Los líderes de tres estados alemanes donde Opel tiene fábricas escribieron una carta a Carlos Tavares, director general de la empresa matriz de la marca, Stellantis, criticando la falta de comunicación del ejecutivo sobre los planes de Opel que, según dijeron, estaba erosionando la confianza pública en la empresa.
Alemania pide claridad a Stellantis sobre Opel
Stellantis anunció a la prensa a fines del mes pasado que la planta de Eisenach de Opel, la cual fabrica el SUV Grandland X, cerraría durante al menos tres meses debido a la escasez mundial de chips.
La semana pasada, Stellantis confirmó que estaba considerando dividir la planta de Eisenach y la planta más grande de Opel en Ruesselsheim, que pronto comenzará a producir el nuevo Astra hatchback, en entidades legales separadas, luego de que el periódico Handelsblatt informara que las discusiones estaban en curso. Opel también tiene una fábrica de componentes en Kaiserslautern.
A los gobiernos de Renania-Palatinado, Hesse y Turingia, los estados donde se encuentran las tres plantas alemanas de Opel, no se les informó sobre ninguna de las decisiones antes de que se hiciera pública la información, dijeron los primeros ministros estatales en su carta al director general de Stellantis.
«Usted mismo, señor Tavares, cuando estaba en el Grupo PSA, había asegurado una comunicación abierta y honesta con los representantes de los estados sobre sus planes para Opel Alemania», dice la carta de Malu Dreyer, Volker Bouffier y Bodo Ramelow, fechada el 14 de octubre.
«Nos dirigimos a usted con esta carta por preocupación, antes de que se pierda la confianza a través de otra noticia inesperada del lado de Stellantis».
El grupo francés PSA adquirió Opel en 2017 e implementó recortes profundos que llevaron a la compañía a obtener ganancias por primera vez en casi dos décadas. PSA se fusionó con Fiat Chrysler Automobiles a principios de este año para formar Stellantis, ahora el cuarto fabricante de automóviles más grande del mundo.
El CEO de Stellantis, Tavares, ha dejado en claro la necesidad de racionalizar las 14 marcas del grupo y aliviar el problema de exceso de capacidad global, pero previamente prometió que sus esfuerzos para dar la vuelta a Opel no involucrarían el cierre de fábricas.
Sin embargo, la semana pasada, los funcionarios sindicales dijeron que temían que la compañía incumpliera esta promesa a la luz de la escasez de chips, que Tavares había dicho durará hasta mediados de 2022.
Los primeros ministros de los estados alemanes le pidieron a Tavares que fijara una fecha para una videollamada y así discutir los planes de Stellantis.
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