Voces contra el fin del acuerdo automotor con Brasil

Disgusto, desacuerdo y polémica han despertado las recientes  decisiones  del  Ministerio  de  Industria,  Comercio  y  Turismo  de  dar  por terminados  los  acuerdos  de  importación  de  vehículos  automotores  –  Acuerdo  de Complementación Económica (ACE) 72, con Brasil.

Volkswagen catalogó de ineficaz la decisión, mientras Aconauto afirmó que el proteccionismo como política económica de estado ya tuvo resultados nefastos en el pasado.

Actualmente Colombia importa hasta 50.000 vehículos desde Brasil en el marco del  Acuerdo.  Estas  unidades  corresponden a las marcas Toyota, GM, Fiat Chrysler, Renault, Hyundai, Peugeot – Citroen, Honda, Mitsubishi -Suzuki, entre otras, e incluye también a Volkswagen.

VW ofrece actualmente en Colombia un portafolio de más de 12 modelos de vehículos y algunas referencias son vehículos de diseño y/o producción brasilera. Así, se importa una relevante cantidad de vehículos de la mano de la fábrica Volkswagen do Brasil, una de las más grandes de ese país y de toda la región.

Como se ha dado a conocer por diferentes medios de comunicación, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo MINCIT emitió una ‘carta de denuncia’ manifestando su deseo de dar por terminado el acuerdo ACE72  que permite la importación y exportación de  vehículos entre Colombia y Brasil sin aranceles. La consecuencia de esta decisión es que dentro de 14 meses los vehículos de este origen pagarán impuesto de importación del 16.1%.

El Ministro Luis Carlos Reyes ha explicado que  la  medida  busca  el  fortalecimiento  de  la  industria local de  automóviles y fomentar la producción de vehículos eléctricos.

Sin embargo, directivos como Juan Felipe Bedoya, CEO del Grupo Volkswagen en Colombia, están en total desacuerdo. “(…)  La  decisión  del  Ministro  Reyes  es  absolutamente  ineficaz  en  los  propósitos  de fortalecimiento  de  la  producción  de  vehículos  en  el  país  e  ingenua  en  esperar  que aquellos sean eléctricos. Los vehículos importados hoy de Brasil serán sustituidos por modelos similares de otros orígenes como México, Europa, Corea o Estados Unidos. La economía colombiana es abierta y limitar un origen sólo llevará a la redistribución de la demanda en otros orígenes sin aranceles y producidos localmente también. Ahora bien, nuestro país no es un jugador relevante en el comercio de vehículos eléctricos, ni siquiera América  como  todo  un  continente.  En  Colombia,  menos  del  3%  de  los  vehículos  son eléctricos y, como si fuera poco, hoy se están registrando excesos de capacidad instalada en plantas en Estados Unidos y Europa. La medida de Reyes sólo genera desconcierto entre muchos actores…”

Dicha decisión cambia, de manera radical, el escenario de la industria automotriz de Colombia en el corto plazo, ya que incide tanto en la disponibilidad de modelos y vehículos como en los precios y en la diversidad de portafolios que ofrecen las marcas. Sobre todo, incide en la capacidad del cliente colombiano de acceder a una oferta variada de productos, de diferentes tecnologías. Esto, por supuesto, impacta a más  de  12  marcas,  las  cuales  contribuyen  a  la economía del país y generan miles de empleos directos e indirectos.

A su vez, los concesionarios agremiados en Aconauto se mostraron sorprendidos con las declaraciones del ministro de Comercio, Industria y Turismo Luis Carlos Reyes, en el sentido de que la medida de dar por terminado el Acuerdo de Complementación Económica con Brasil se toma con el objetivo de proteger la industria automotriz local y convertirla en exportadora.

“Sucede que para que eso ocurra se requiere una gran inversión por parte de las multinacionales automotrices para que establezcan en el país muchas plantas de fabricación, en un ambiente de fortalecimiento de la cadena de valor para que supere el 75% de integración como ocurrió en México y Brasil en los años 60 y 70.

“Por el contrario, el país ya probó el proteccionismo como política económica de estado al implementar durante los años 80 el modelo cepalino de sustitución de importaciones y con resultados nefastos: incremento astronómico de los precios, atraso tecnológico y concentración del mercado automotor en muy pocas manos.”, explica Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo de Aconauto, Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores.

Si el gobierno de veras quiere apoyar la industria, esto se hace por medio de la promoción de la confianza inversionista a través de la eliminación de mensajes sectarios, cismáticos y polarizadores como aquellos de promover una constituyente o de declarar al sector privado como enemigo del Ejecutivo.

Finalmente,  Volkswagen  afirma  que  la  posibilidad  de  que un productor nacional exporte vehículos a la región no depende de limitar la capacidad de importación de otras marcas. Esto último nutre una sana competencia y le ofrece al cliente la posibilidad de elegir el vehículo que se ajuste a sus necesidades, gustos y expectativas.

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