Lo más top del portafolio de McLaren Auto se presentó este fin de semana y ahora antecede al F1 y su sucesor moderno, el P1. Entonces, el nuevo buque insignia de la marca inglesa se llama W1, que ahora es considerado «la máxima expresión de un verdadero hiperauto».
De entrada, las cifras principales confirman que el McLaren W1 es algo especial. Con un motor híbrido V8 biturbo de 4.0 litros, ofrece una potencia total de 1.258 caballos y 1.340 Nm de torque, lo que lo convierte en el vehículo más poderoso que la compañía haya producido jamás.
Y, gracias a un enfoque en hacer el auto lo más ligero posible, el W1 también tiene una relación potencia-peso mejor en su clase de 899 HP por cada mil kilos De hecho, apenas es más pesado que el P1 al que sucede, inclinando la balanza a 1.399 kg.
Por fortuna, para mantener el peso bajo, McLaren ha resistido la tentación de pasar a la tracción total y, en su lugar, ha seguido enviando potencia a las ruedas traseras como un tributo a su herencia de carreras.
El W1 es el McLaren de carretera más rápido del que se tiene registro. Aunque el tiempo de 0 a 100 km/h de 2,7 segundos es impresionante, quizás lo sea más el hecho de que puede acelerar hasta 200 km/h en 5,8 segundos y hasta 300 km/h en menos de 12,8 segundos.
La velocidad máxima está limitada a 350 km/h gracias al MHP-8 que entrega 916 caballos. Sigue siendo un V8 biturbo con cigüeñal plano de 90 grados con una capacidad de 4,0 litros. Alcanza su punto máximo a 9200 rpm gracias a unos cilindros recubiertos con pintura en aerosol de plasma que recuerdan a Star Trek y, como era de esperar, existe el uso obligatorio de grandes cantidades de aluminio en la construcción.
El combustible se catapulta prácticamente a los cilindros a 350 bares, gracias a la inyección directa de gasolina (GDI), el mismo tipo de tecnología defendida por Mitsubishi en los años 90 y en los 2000 por Hyundai. El beneficio es que permite la mayor potencia específica jamás vista, que son considerables 230 HP por litro.
Si bien el V8 puede ser promocionado como la estrella del espectáculo, el resto del tren motriz es igual de importante. Los componentes híbridos son más livianos en el W1 que en el P1, y el módulo E utiliza tecnología prestada tanto de IndyCar como de Fórmula 1. Complementa un total de 342 caballos con el motor eléctrico y la unidad de control integrados como uno solo para un mejor empaque.
El motor está alimentado por una batería de 1.384 kWh que apenas permite que el W1 recorra 2.6 km en modo solo eléctrico. Por eso, hay un cargador a bordo.
La batería y el motor eléctrico también se utilizan para dar marcha atrás y poner en marcha el auto tras largos periodos de inactividad y están acoplados a una caja de cambios de ocho velocidades. Sin embargo, lo que no es eléctrico son los sistemas de dirección y frenos, que siguen siendo hidráulicos.
Los elementos de diseño como los listones y branquias a lo largo del lateral del W1 están diseñados para ayudar a la aerodinámica y por supuesto, todo inspirado en el brazo de competición de McLaren. El «efecto suelo» ha sido la palabra de moda en la F1 desde los últimos cambios de normativa, y aquí también se abren camino en el auto de estreno.
El vehículo puede «cambiar de forma» cuando se trata de tareas en pista, con alerones delanteros y traseros activos que entran en acción cuando se pone en modo carrera. La parte trasera cuenta con un alerón «Active Long Tail» que extiende el área de trabajo del difusor.
McLaren dice que el W1 tendrá un precio inicial de 2,1 millones de dólares. Solo se fabricarán 399 ejemplares del W1, todos los cuales ya están reservados y vienen con una garantía de cuatro años/kilometraje ilimitado para el vehículo, con seis años y 80.000 kilómetros para la batería.
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