Los chinos no están comprando vehículos alemanes

La producción y rentabilidad de la mayoría de las marcas alemanas está a la baja, y las noticias que llegan de China no ayudan a que su futuro sea viable.

Históricas marcas están luchando contra la reducción de la participación de mercado y las sombrías previsiones de ventas, simplemente porque la industria local está fabricando productos mejores y más baratos.

Las cifras del último trimestre no son alentadoras. Las ventas de BMW en China cayeron 30 por ciento, las de Porsche 19 por ciento, las de VW 15 por ciento y las de Mercedes 13 por ciento. Y no es que los clientes chinos no quieran comprar autos, simplemente no quieren comprar marcas alemanas porque prefieren gastar su dinero en alternativas más nuevas, más económicas y con mucha tecnología. Y lo están consiguiendo de los propios fabricantes locales que están mejorando rápidamente.

Aunque los vehículos alemanes todavía representan el 15 por ciento de las ventas en China, su participación está cayendo, y rápidamente. Antes de la pandemia, tenían el 25 por ciento del pastel, según Bloomberg. Y en lo que se refiere a vehículos eléctricos, un sector que es mucho más grande en China que en Estados Unidos o Europa, VW, Porsche, BMW y Mercedes están aún más atrás. Aunque las cuatro marcas ofrecen opciones eléctricas, sus modelos representan sólo el 10 por ciento del mercado.

Los compradores chinos han dejado de comprar marcas alemanas porque afirman que   los autos nacionales están mejor construidos y tienen más prestaciones. También son significativamente menos costosos y ofrecen un rendimiento similar, o en algunos casos muy superior, a los modelos europeos. 

Competir contra marcas como BYD,Xpeng y Nio en China parece una tarea imposible, pero las marcas alemanas no tienen alternativa, dice Bloomberg. Los mercados europeo y americano no ofrecen más potencial de crecimiento y algunos de los fabricantes de automóviles han invertido demasiado en términos de instalaciones de producción como para poder retirarse incluso si quisieran.

Entonces, el plan germano es forjar relaciones con empresas chinas que pueden ayudar a mejorar sus vehículos eléctricos y desarrollar nuevos productos exclusivos para China que cuestan menos de fabricar y comprar.

Falta ver si es posible, más en estos momentos cuando la Unión Europea ha subido las tarifas de impuestos a los eléctricos que se fabrican en el gigante país oriental.

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