La administración Trump ha revelado sus “primeras prioridades”, y algunas de ellas se centran en la industria automotriz y el medio ambiente. Se espera que los avances se produzcan rápidamente, pero la Casa Blanca quiere “hacer que Estados Unidos vuelva a ser asequible y dominante en materia energética”.
Como parte de este esfuerzo, Trump “liberará la energía estadounidense poniendo fin a las políticas de extremismo climático de Biden”. Los detalles son limitados, pero su administración promete un proceso de permisos simplificado y una revisión de “todas las regulaciones que imponen cargas indebidas a la producción y el uso de energía, incluida la minería y el procesamiento de minerales no combustibles”.

El presidente también se retirará del Acuerdo Climático de París y “pondrá fin al arrendamiento de parques eólicos masivos que degradan nuestros paisajes naturales y no sirven a los consumidores energéticos estadounidenses”. Además, la Casa Blanca “pondrá en pausa las regulaciones onerosas y radicales que Biden anunció y que aún no han entrado en vigor”.
Si bien los detalles concretos son pocos en este momento, la nueva administración prometió acciones que “potenciarán la elección del consumidor en vehículos, duchas, inodoros, lavadoras, bombillas y lavavajillas”. Esto sugiere que la eficiencia está pasando a un segundo plano y que los vehículos eléctricos enfrentarán otro obstáculo.

El resultado aún está por verse, pero informes anteriores han indicado que el Presidente quiere eliminar el incentivo fiscal de US 7,500 para vehículos eléctricos. Los consumidores solicitaron más de mil millones de dólares en financiación el año pasado y esto ayudó a la compra de más de 150.000 unidades de “vehículos limpios”.
Los fabricantes de automóviles y los grupos industriales han advertido sobre las graves consecuencias que podría acarrear si el crédito fiscal se elimina abruptamente, ya que los vehículos eléctricos costarían mucho más.
Durante su discurso de posesión, el presidente Trump prometió “acabar con el Green New Deal” y “revocar el mandato de los vehículos eléctricos, salvando así nuestra industria automotriz”. Y añadió:: “Volveremos a fabricar automóviles en Estados Unidos a un ritmo que nadie podría haber soñado posible hace apenas unos años”.
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