Ya rueda el primer auto con baterías de estado sólido

Aunque el entusiasmo que rodeaba a los vehículos eléctricos parece haberse atenuado , la electrificación sigue siendo, al menos en el futuro previsible, el camino que seguirá la industria automotriz. Por ello, es de esperar que se anuncien algunos avances tecnológicos de vez en cuando, como sucedió esta semana por cortesía de Mercedes-Benz.

Una de las formas en que los fabricantes de automóviles buscan avanzar en este sector  es mediante la investigación de baterías de estado sólido. Debido a que utilizan un electrolito sólido en lugar de líquido, las baterías fabricadas de esta manera están equipadas con celdas más seguras, pero también vienen con capacidades mejoradas y un peso menor.

Esto se debe en gran parte al hecho de que permiten el uso de nuevos tipos de ánodos. Uno de los nuevos es el de litio-metal que está siendo investigado por el fabricante de automóviles alemán y la empresa de baterías Factorial.

Las dos llevan un tiempo trabajando en una batería de estado sólido, y ahora muestran los primeros resultados de la unión con un Mercedes-Benz EQS que ya circula por las vías públicas.

Mercedes puso a prueba su batería de estado sólido en bancos de pruebas el año pasado y, a finales de 2024, instaló la tecnología en un EQS ligeramente modificado. Este febrero, el EV salió del taller y se convirtió en el «primer automóvil propulsado por una batería de estado sólido de metal litio en la carretera».

Las especificaciones exactas de la batería no se revelaron, pero se supo que también cuenta con un portador de celdas flotante el cual se expande cuando la batería se carga y se contrae cuando se descarga.

Para soportar las celdas durante los cambios de volumen, Mercedes hace uso de actuadores neumáticos, mientras que se ha imaginado una serie de tecnologías de refrigeración pasiva de la batería no especificadas para el hardware.

Todo lo anterior permite que la batería instalada en el EQS ofrezca hasta 25 por ciento más de autonomía que una convencional del mismo peso y tamaño. En el prototipo particular que ahora se conduce por las carreteras alemanas, eso se traduce en una autonomía máxima de 999 km.

Mercedes planea continuar probando la batería durante el transcurso de los próximos meses, tanto en la carretera como en el laboratorio. El objetivo es aprender más sobre ella y mejorar los diseños existentes, con la esperanza de que algún día la tecnología se convierta en la norma en los vehículos eléctricos del fabricante de automóviles. 

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