Un estudio del Anderson Economics Group (AEG) advierte que los precios de los autos en EE.UU se dispararán, debido a la respuesta de México y Canadá al arancel del 25 por ciento impuesto por Donald Trump a partir de este 4 de marzo.
Los aranceles o tariffs ya están generando caos en la industria automotriz, al punto que AEG predice que los crossovers pequeños verán un aumento de precio de al menos 4,000 dólares ($16 millones de pesos). Los SUV grandes con «contenido significativo» de México subirían aproximadamente 9,000 dólares ($36 millones) y las pick ups verían un incremento similar.

“Ese tipo de aumento de costos conducirá directamente, y casi de inmediato, a una disminución en las ventas de los modelos que tienen el mayor impacto comercial”, dijo Patrick Anderson, director ejecutivo de Anderson Economic Group.
La industria automotriz estadounidense está vinculada a una compleja cadena de suministro que ha existido en diversas formas durante 100 años, y ahora se verá muy afectada pues cada vez que algo cruce hacia Estados Unidos, deberá pagar 25% de impuesto. Por ejemplo, el pistón de una Chevrolet Silverado utiliza aluminio en bruto enviado desde Estados Unidos a Canadá, donde se funde. Este se envía luego a México, donde se refina y se termina, y luego regresa a Estados Unidos, donde se ensambla con anillos y una biela en el motor. Luego, este cruza la frontera de regreso a Canadá, donde se agrega al vehículo y, una vez que sale de la línea de ensamblaje, regresa a EE.UU donde se vende.

Algo similar experimentarán los vehículos eléctricos que serán los más afectados. AEG cree que su precio aumentará 12,000 dólares ($48 millones) en promedio. Si a eso se suma la posible desaparición de los subsidios también anunciada por Trump, el mercado EV podría estancarse.
“Todos los fabricantes de EV sentirán la presión de las tariffs porque utilizan mucho más acero y aluminio que un automóvil con motor de combustión interna”, dijo a CNBC Marc Busch, profesor de derecho comercial internacional en la Universidad de Georgetown.
Los Tesla que se venden en Estados Unidos se fabrican en Fremont (California) y Austin (Texas), pero muchas piezas proceden de China, Canadá y México. El 15% de los componentes del Model Y vienen de México. El grafito, un material clave para las baterías de iones de litio, llega de China, país al que ya se le impuso 20% de arancel.

Es de apuntar que los tres principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos producen vehículos en México, Canadá o ambos. Ford fabrica el Mustang Mach-E, el Bronco Sport y el Maverick en México. Las Ram se fabrican tanto en México como en Estados Unidos, mientras que la Silverado de GM es un producto de los tres países implicados.
Mientras tanto, los fabricantes de automóviles están haciendo lo que pueden para contrarrestar los posibles aranceles. Algunos están haciendo que los proveedores acumulen existencias. Otros están almacenando repuestos en lugares estratégicos para evitar que les afecten los aranceles.
Un representante sindical dijo a Bloomberg que Ford está “compitiendo con productos a través de la frontera entre Estados Unidos y Canadá en previsión de los aranceles”. Además, está asegurando el almacenamiento en depósitos para poder mantener todas estas piezas seguras y a salvo de los posibles aranceles.

No obstante las maniobras de última hora, la avalancha de consecuencias para el resto del mundo se sentirán a muy corto plazo, pues si el costo de un vehículo «ensamblado» en EE.UU aumenta, su exportación a Colombia y Latinoamérica también verán un incremento notable que terminará pagando el usuario final. Entre los modelos afectados en Colombia estarán la Ford Bronco y la F150, los Chevrolet Camaro, Equinox y Tahoe, y el Jeep Wrangler, entre otros.
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