Después de años en lo más alto de las ventas y la rentabilidad, las marcas premium alemanas experimentan una difícil realidad en China. BMW, Mercedes-Benz y Porsche registraron números rojos en 2024, situación que ha empeorado en el primer trimestre de este año.
En 2024 las ventas de Porsche en el país asiático se desplomaron 28 por ciento, a 56.887 automóviles . Entre enero y marzo de 2025, las entregas disminuyeron 42 por ciento en comparación con el mismo período de 2024. Durante ese tiempo, la compañía vendió sólo 9.471 unidades en China. Porsche atribuye este hecho a «la persistente y tensa situación económica en el mercado local y a su enfoque en las ventas orientadas al valor, que pretende equilibrar la oferta y la demanda».

Pero Porsche no es una excepción. Mercedes cayó 7 por ciento en 2024, a 683.600 automóviles. En el primer trimestre de 2025, los envíos a clientes chinos disminuyeron 10 por ciento a 152.800 vehículos. A pesar del importante descenso, la marca tiene esperanzas, pues fue la más vendida entre los automóviles con valor mayor a 136.000 dólares. Además, espera que el lanzamiento del nuevo CLA en la segunda mitad del año suponga un cambio radical.
Mercedes tiene vario modelos regionales con una distancia entre ejes más larga, detalle de preferencia por los clientes chinos, razón por la cual los Clase A, Clase C y Clase E se han ampliado específicamente para el mercado local. A pesar de estos esfuerzos por satisfacer mejor a los clientes, Mercedes todavía no está en buena forma.

En el Grupo BMW ocurre una historia similar. Las entregas de BMW y Mini disminuyeron 13,4 por ciento, hasta 715.200 vehículos, y el periodo enero-marzo de 2025 es aún peor. Las dos marcas sufrieron una caída de 17,2 por ciento, hasta las 155.195 unidades. En el primer trimestre del año, BMW creció en todo el mundo, excepto China, que sigue siendo su mercado más grande.
La marca de Stuttgart también ofrece varios sedanes alargados e incluso derivados de distancia entre ejes larga de los X1, X3 y X5. China también es el único país donde la compañía vende el i3, un sedán totalmente eléctrico basado en el alargado Serie 3 fabricado en una de sus fábricas en China.

Audi aún no ha publicado las cifras de ventas del primer trimestre, pero no sorprendería una caída pronunciada. En 2024, las ventas disminuyeron 10,9 por ciento, hasta 649.900 unidades en China y Hong Kong, debido a un «mercado intensamente competitivo». De hecho, los rivales nacionales finalmente están poniéndose al día en diseño y tecnología. Puede que carezcan del aura de las marcas premium de larga trayectoria, pero los últimos modelos de alta gama son significativamente más baratos.

El auge de los vehículos eléctricos allí ha tomado desprevenidas a las marcas alemanas, en especial en algunas áreas críticas. En primer lugar, las compañías chinas tienen acceso a materias primas para baterías de vehículos eléctricos, lo que les otorga una ventaja significativa en los costos de producción. Además, los costos laborales mucho más bajos les permiten ofrecer precios competitivos, lo que hace que sea aún más difícil para los fabricantes de automóviles occidentales mantener el ritmo.
Los esfuerzos germanos para defenderse de la fuerte competencia incluyen el lanzamiento de submarcas como Jetta de Volkswagen y AUDI de Audi, así, con letras mayúsculas. Son intentos desesperados por mantener su nombre en China y buscar salidas en un futuro inmediato. Pero no les será nada fácil.
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