Xiaomi impresionó a la industria automotriz al desarrollar y producir con éxito uno de los vehículos eléctricos más atractivos del mercado chino: el sedán SU7. Sin embargo, a medida que crece su éxito, el joven fabricante de automóviles enfrenta ataques por todos lados. En las últimas semanas, cientos de propietarios anunciaron que van a demandar a Xiaomi por vender un capó de fibra de carbono puramente estético. Además, una encuesta reciente colocó al SU7 en el último lugar en la clasificación de calidad del primer trimestre entre los sedanes eléctricos grandes.

Xiaomi es competidor de Apple en los mercados de teléfonos inteligentes y dispositivos conectados. Podría haber sido rival también en el segmento de vehículos eléctricos si el fabricante del iPhone no hubiera abandonado su proyecto. El hecho de que Xiaomi, una empresa mucho más pequeña, completara el desarrollo y comenzara la producción de su primer vehículo eléctrico fue sorprendente para muchos.
Aún más sorprendente fue que el SU7 fuera muy apreciado por sus características y calidad. Para hacerse una idea, Xiaomi vende más sedanes SU7 que Tesla Model 3. Sin embargo, no todos están contentos con el éxito de la compañía que se ha visto envuelta en campañas de desprestigio. A finales de marzo, un accidente cobró la vida de tres jóvenes estudiantes que viajaban en un SU7, y muchos culparon a los sistemas de asistencia al conductor de causar la colisión o, al menos, de no poder evitarla. La caja negra del vehículo reveló que el conductor tomó el control en el último minuto y giró el volante bruscamente, provocando que se estrellara contra una barrera.
A pesar de ello y de que, tan solo una semana antes, el Xiaomi SU7 había sido declarado el auto más seguro de China por el C-NCAP, muchos seguían culpando al fabricante del accidente. Esto también le ha pasado a Tesla, que ha sido víctima de numerosas acusaciones sobre el supuesto mal funcionamiento de sus frenos. Tesla tuvo que ir a los tribunales, obligando a quienes la difamaron a admitir sus faltas y disculparse públicamente.

Recientemente, Xiaomi ofreció un capó opcional de fibra de carbono para el SU7 Ultra por 42.000 yuanes (5.830 dólares). Aunque el capó era más ligero que el estándar, las quejas vinieron porque no contribuía a la aerodinámica ni a la refrigeración de la batería ni de los frenos. Aunque la empresa se disculpó y ofreció una compensación, unos 400 propietarios se organizaron para demandar tras rechazar la oferta. Esto llevó al director ejecutivo de Xiaomi, Lei Jun, a admitir que abril fue «el mes más difícil desde la fundación de la compañía».
En la última ronda, el SU7 quedó en último lugar en la encuesta de calidad del primer trimestre de 2025 hecha por la Red de Calidad Automotriz de China, una plataforma estatal de quejas creada por la Administración de Supervisión del Mercado local. Según el estudio, el Xiaomi acumuló 239 puntos de penalización, lo que indica un alto riesgo de posibles defectos y una alta tasa de quejas por venta.

Desacreditar a las empresas rivales es la nueva norma en el mercado automovilístico chino, y muchas startups de vehículos eléctricos están en la mira. Esto ya tiene un nombre: «relaciones públicas negras», ya que las empresas contratan a influencers y blogueros para desprestigiar los productos de la competencia. Estas campañas son de bajo coste, de gran impacto y difíciles de probar.
Recientemente, la empresa Avatr, respaldado por CATL, fue blanco de un bloguero que afirmaba que el coeficiente aerodinámico del sedán Avatr 12 no era de 0,21, como se especificaba, sino de 0,28. Avatr demostró su argumento en un centro de pruebas independiente y ahora demanda a la persona que inició la campaña, solicitando una indemnización de 10 millones de yuanes (1,4 millones de dólares). Sin embargo, el daño ya está hecho, y el Avatr 12, lanzado a principios de este mes, no ha podido borrar esa mala fama.
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