Hay conversaciones que todos quieren evitar con los padres, ya sea de política, religión o preferencias personales. Pero quizás una de las más incómodas es hablar sobre si todavía deberían conducir un vehículo.
Sin embargo, una nueva patente de GM podría facilitar esta conversación, o al menos abrir la puerta para que los mayores acepten esa decisión.
Actualmente, muchos autos modernos cuentan con lo que se suele llamar un sistema de alerta o atención. Al empezar a conducir, la computadora del vehículo empieza a generar una imagen del comportamiento y las acciones normales del conductor al volante. Considera el tiempo que lleva conduciendo, la hora del día y si se encuentra en una carretera propensa a la fatiga.
Incluso puede considerar aspectos como los datos de mantenimiento de carril, los cambios de velocidad o correcciones de dirección sutiles e inconsistentes. Si el sistema detecta que un conductor se está quedando dormido o le cuesta concentrarse, emitirá una alerta. El nuevo concepto patentado de GM se basa en esa base.
Según AutoNews, la solicitud de patente de GM, denominada «SISTEMA Y MÉTODO PARA DETERMINAR LA PUNTUACIÓN DE JUBILACIÓN DEL CONDUCTOR», monitoreará los tiempos de reacción del conductor, el entrecerrar los ojos y otros signos de fatiga. Incluso puede detectar cuándo otros conductores tocan la bocina al vehículo en cuestión, determinar si el conductor respeta los límites de velocidad, si usa las luces direccionales, etc.
Los conductores pueden proporcionar a GM datos adicionales, como su estado de salud y su capacidad física. En teoría, el vehículo utilizará toda esta información para determinar si la conducción mejora o empeora con el tiempo.
Si detecta un problema, puede alertar al conductor, a un familiar designado. GM no ha revelado si todo esto se producirá en serie, pero llega en un momento en que el mercado de herramientas dirigidas a conductores mayores está en auge.
Los datos explican la creciente demanda. Según las agencias de salud en EE.UU, en 2022 había casi 52 millones de conductores con licencia mayores de 65 años en ese país. Esto representa un aumento del 77 % en las últimas dos décadas.
Así que, tal vez, en un futuro no muy lejano, no sea una difícil conversación familiar la que ponga fin a un capítulo de conducción, sino un Cadillac transmitiendo el mensaje. Que el adulto mayor escuche o no es otra cuestión, aunque los datos podrían ser más difíciles de refutar que los de sus propios hijos.
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