Después de 51 años, VW suspende la producción del Golf

Volkswagen se prepara para suspender la producción del Golf en su planta de Wolfsburg (Alemania) a partir del 29 de octubre, lo que supone una interrupción temporal de una de las líneas de producción más longevas de la historia del automóvil. La pausa se produce tras una renovada escasez de microchips, provocada por la disputa comercial entre Estados Unidos y China, que ha interrumpido el suministro de semiconductores.

El Golf, un modelo que ha estado en producción continua desde 1974, no solo es un símbolo de la tradición de Volkswagen, sino también uno de los autos de mayor éxito comercial jamás construidos. La pausa en la producción marca un momento significativo para la compañía y para el mercado automovilístico europeo en su conjunto.

La interrupción se debe a la congelación del suministro del fabricante holandés Nexperia. A finales de septiembre, el gobierno neerlandés asumió el control de la compañía, alegando preocupaciones sobre la seguridad nacional y la propiedad intelectual relacionadas con su relación china.

En represalia, el gobierno chino impuso una prohibición de exportación de chips de Nexperia, interrumpiendo así el suministro a varios fabricantes europeos. Volkswagen confirmó que recibió una notificación de Nexperia indicando que ya no se podían garantizar las entregas de chips.

Sin un proveedor alternativo inmediato, la empresa se enfrenta a una situación difícil. Los chips de otras fuentes requieren pruebas y certificación antes de poder integrarse en la producción, un proceso que puede tardar meses. Volkswagen no ha indicado cuánto tiempo se verá afectada la planta de Wolfsburgo, pero advirtió a los trabajadores a principios de semana sobre la posibilidad de interrupciones repentinas.

El Golf no es el único modelo en riesgo. Se espera que la producción del Tiguan, Touran y Tayron, también ensamblados en Wolfsburgo, se detenga poco después. La empresa también está monitoreando los inventarios de chips en sus otras fábricas alemanas de Emden, Hannover y Zwickau, donde podrían producirse paros similares si la escasez se agrava, según informa Autocar.

Para minimizar el impacto en su plantilla, Volkswagen ha iniciado conversaciones con las autoridades alemanas sobre la implementación del Kurzarbeit (trabajo a jornada reducida), un programa respaldado por el gobierno y diseñado para evitar despidos durante las pausas de producción. Esta medida permitiría a los empleados trabajar a jornada reducida manteniendo una parte de sus ingresos, parcialmente subvencionados por el estado.

El Volkswagen Golf ha estado en fabricación continua durante 51 años, a lo largo de ocho generaciones. Reemplazó al Beetle original como el compacto estrella de Volkswagen a mediados de la década de 1970 y rápidamente se convirtió en uno de los modelos más reconocidos e influyentes del mundo.

Desde su lanzamiento en 1974, el Golf ha vendido más de 37 millones de unidades, convirtiéndolo en uno de los autos más vendidos de todos los tiempos. Durante décadas, definió el segmento de los hatchbacks europeos y se mantuvo constantemente entre los vehículos más vendidos del continente.

Durante gran parte de las décadas de los 80s, 90s y 2000, dominó las listas de ventas, superando con frecuencia las 500.000 unidades anuales solo en Europa. Su versatilidad y fiabilidad lo convirtieron en uno de los favoritos tanto de particulares como de flotas. Combinaba practicidad con un diseño sobrio y un rendimiento accesible, contribuyendo a establecer el estándar para los compactos durante más de cinco décadas.

El Golf GTI, lanzado en 1976, se convirtió en un icono instantáneo y a menudo se le atribuye la popularización de la categoría de los «hot hatch». A pesar de la evolución del mercado automovilístico, el Golf siguió siendo un actor clave. Mantuvo su posición como el vehículo  más vendido de Europa durante 14 años consecutivos hasta 2022, cuando fue superado por el Peugeot 208.

En 2024, se vendieron alrededor de 225.000 Volkswagen Golf en toda Europa, una cifra sólida que subrayó el atractivo perdurable del modelo, incluso en medio de la creciente competencia de los eléctricos y crossovers.

Esta parada temporal de la producción no representa la primera ocasión en que Volkswagen se enfrenta a desafíos en la cadena de suministro, pero pone de relieve la creciente vulnerabilidad de la industria automovilística mundial a las tensiones geopolíticas y la escasez de semiconductores.

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