A medida que los vehículos eléctricos ganan terreno en todo el mundo, los fabricantes chinos se esfuerzan más que nunca por destacar, no solo con sus diseños y tecnología, sino también demostrando su seguridad de formas algo extravagantes.
Un ejemplo reciente es el de Li Auto, que presentó el i8, un SUV eléctrico de tres filas de asientos repleto de especificaciones prometedoras. Sin embargo, no fueron las características del vehículo lo que acaparó la atención durante su presentación, sino un video del i8 chocando frontalmente contra un camión pesado.

La grabación mostraba una colisión directa entre el Li Auto y un camión Chenglong. El SUV, con un peso de entre 2580 y 2610 kg, impactó al camión a una velocidad de 60 km/h. El camión, con una masa significativamente mayor de 8 toneladas, circulaba a 40 km/h en el momento del impacto.
A pesar del desequilibrio entre peso y tamaño, la integridad estructural del i8 se mantuvo intacta. El corto voladizo delantero absorbió gran parte de la fuerza y los pilares permanecieron intactos, sin deformaciones visibles. Tras el choque, las puertas se desbloquearon automáticamente y las manijas se extendieron hacia afuera, permitiendo a los evaluadores acceder fácilmente al interior.
Además, se desplegaron los nueve airbags y se activó el sistema de llamada de emergencia. Sorprendentemente, la batería montada en el piso no produjo fuego ni humo, incluso después de sufrir arañazos profundos causados por un poste metálico antes del impacto.

Lo que sorprendió a muchos espectadores fue el impacto en el camión. La fuerza de la colisión provocó que la cabina se inclinara drásticamente hacia adelante, casi desprendiéndose del chasis, y todas las ruedas se levantaron momentáneamente del suelo. Este resultado inesperado provocó una rápida respuesta de Dongfeng Liuzhou Motor, empresa matriz de la marca Chenglong, que emitió un comunicado público expresando su preocupación por la prueba.
Según un informe de QQ News, Dongfeng Liuzhou Motor acusó a Li Auto de una «infracción grave». La compañía cuestionó la credibilidad del video, alegando que presentaba una imagen engañosa y no reflejaba las condiciones reales de conducción. Un análisis interno, según la compañía, mostró que la configuración de la prueba difería significativamente de lo que se suele hacer en la carretera.
Li Auto respondió el 3 de agosto a través de una publicación oficial en Weibo, indicando que la prueba fue adelantada por el Instituto de Investigación de Ingeniería Automotriz de China (CAERI), una empresa estatal externa.
El fabricante de automóviles aclaró que el video «no pretendía evaluar la calidad del producto de ninguna otra marca, y los resultados de la prueba no deben interpretarse como indicativos de la calidad de los productos de otras marcas».
En cambio, afirmó que el camión utilizado en la prueba se compró en el mercado de segunda mano y solo sirvió como una «barrera móvil». La compañía señaló: «Fue involuntario que el proceso de prueba provocara una controversia pública contra la marca Dongfeng Chenglong».
En un comunicado posterior, Li Auto añadió: «Como marca de referencia en la industria del transporte por carretera en China, la calidad y la seguridad de Dongfeng Chenglong siempre han sido la base de la confianza de los conductores. Por ello, queremos aclarar que no existe competencia directa entre Li Auto y Dongfeng Liuzhou Motor».
El Instituto de Investigación de Ingeniería Automotriz de China confirmó las afirmaciones de Li Auto en un comunicado aparte. Describió el crash test como una «prueba de colisión entre vehículos no estándar» que simuló un accidente de tráfico, y añadió que «no implica la evaluación del rendimiento de seguridad de otras marcas de vehículos».
El instituto explicó además que el único criterio utilizado para seleccionar el camión fue su peso en vacío. No se adelantaron modificaciones de rendimiento más allá de repintarlo de rojo a blanco, añadirle un sistema de conducción autónoma y cargarlo para alcanzar el peso objetivo de 8 toneladas.
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