Timonazo de Porsche a su plan eléctrico

Resulta que ni siquiera Porsche es inmune a la realidad. Ante una prolongada caída de ventas y la creciente presión sobre sus resultados, la marca alemana está cambiando de rumbo con un importante replanteamiento de sus planes de producto. El fabricante está volviendo a centrarse en los motores de combustión, incluyendo los híbridos, mientras frena los próximos modelos eléctricos, según un comunicado emitido ayer viernes.

“Hoy hemos dado los pasos finales en la reestructuración de nuestra estrategia de producto”, declaró Oliver Blume, CEO de Porsche y del Grupo Volkswagen. “Actualmente estamos experimentando cambios radicales en el sector automovilístico. Por eso estamos reestructurando Porsche en todos los ámbitos. Con ello, queremos adaptarnos a las nuevas realidades del mercado y a las cambiantes demandas de los clientes”, añadió.

Uno de los cambios más importantes se refiere al próximo SUV premium, situado por encima del Cayenne, conocido internamente como el K1. Si bien originalmente se planeó que se ofreciera exclusivamente como un modelo totalmente eléctrico, ahora el tres filas de asientos debutará inicialmente solo con motores de combustión e híbridos enchufables. Mientras tanto, los fans del Panamera y el Cayenne de gasolina pueden respirar tranquilos porque ambos  modelos seguirán con motores de combustión e híbridos hasta bien entrada la década de 2030. Porsche ha confirmado que las generaciones posteriores ya están incluidas en su Plan a largo plazo, lo que les asegura un lugar en la gama durante los próximos años.

Un tercer cambio importante afecta a los demás modelos totalmente eléctricos planificados por Porsche. Sin nombrar vehículos específicos, la compañía afirmó que ​​retrasará sus lanzamientos eléctricos al mercado.

El desarrollo de una plataforma específica para vehículos eléctricos de próxima generación, que debía sustentar estos modelos y que originalmente estaba prevista para la década de 2030, ya no seguirá adelante según lo previsto. En su lugar, se reprogramará y se someterá a un rediseño completo en colaboración con otras marcas del Grupo Volkswagen.

“Esta es la respuesta de la compañía al crecimiento lento de la demanda de vehículos eléctricos exclusivos”, señaló Porsche en su comunicado.

Aun así, no todos los proyectos se ven afectados. Porsche confirmó que los modelos eléctricos que ya están en pleno desarrollo, como el Cayenne EV, que pronto se presentará en sus versiones estándar y SUV cupé, así como un futuro deportivo de dos puertas en el segmento 718, siguen según lo previsto.

Estos cambios se basan en decisiones anteriores, como el desarrollo de un nuevo SUV con motor de combustión para reemplazar al Macan, utilizando la arquitectura actual del Audi Q5 como base. Se venderá junto con el Macan EV, que originalmente se planeó como un vehículo independiente en la gama.

Más allá de la planificación de productos, Porsche reconoció que las presiones globales están afectando sus perspectivas. El aumento de los aranceles de importación en EE.UU., el enfriamiento del mercado de lujo chino y la menor adopción de vehículos eléctricos están influyendo en la postura cautelosa de la compañía. El director ejecutivo admitió que el plan actualizado solo puede compensar parcialmente estos desafíos.

Por ejemplo, retrasar la nueva plataforma de vehículos eléctricos requerirá amortizaciones y provisiones financieras, que se prevé afecten el beneficio operativo en 2025 hasta en 1.800 millones de euros (2.100 millones de dólares), algo que la compañía no había contemplado en su previsión más reciente.

Para 2025, Porsche mantiene su pronostico de ingresos por ventas entre 37.000 y 38.000 millones de euros (aproximadamente entre 40.000 y 41.000 millones de dólares). Sin embargo, se espera que la rentabilidad sea mucho menor,  proyectada en 2%, una fuerte caída respecto a la previsión anterior del 5% al ​​7%.

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