Chevrolet Avalanche. En Dakota del Norte, EE.UU, una ardilla roja decidió que el mejor sitio para guardar las nueces que consumiría durante el invierno no era un árbol sino una Chevrolet Avalanche. El animalito notó que el vehículo estaba estacionado y decidió almacenar 50 kilos de nueces que reunió en apenas cuatro días dentro de los paneles de la carrocería.
Chevrolet Avalanche
El dueño del vehículo, Billy Fischer, se sorprendió al encontrar su Avalanche de segunda generación rebosante de nueces negras. Estaban por todo el compartimento del motor, incluso detrás del radiador y alrededor de la batería, y había docenas escondidas dentro y debajo de los paneles de la carrocería. Rápidamente se dio cuenta una ardilla roja pasó varios días cargándolas desde un árbol en su jardín hasta la pickup convertida en buffet, donde esperaba vivir y festejar durante los meses de frío.
Nadie sabe por qué el roedor eligió la Avalanche sobre cualquiera de los otros autos en las cercanías del árbol. Es de suponer que el compartimiento del motor cavernoso era el más adecuado para convertirse en una despensa. Fischer debió desmontar la mayor parte de la parte delantera de la camioneta, incluidos los guardabarros, la rejilla y el parachoques, para sacar las nueces, pero algunas estaban escondidas en lugares muy difíciles de alcanzar. «Todavía hay nueces en sitios a los que no puedo llegar», dijo Fisher al Grand Forks Herald, con sede en Fargo. Al menos parece que la ardilla estaba tan ocupada acumulando comida que se olvidó de masticar el cableado.
Fischer sacó alrededor de 50 kg de nueces, un número que es aún más impresionante si se considera que la ardilla probablemente las trajo una a la vez.
Esta no es la primera vez que vemos evidencia de que los automóviles y los animales se mezclan. Cada año, cuando el otoño comienza, las ardillas y otros roedores buscan un lugar cálido y seguro para almacenar alimentos y pasar el invierno, y los autos son candidatos ideales porque están llenos de rincones y recovecos. Si se estaciona afuera, especialmente si su automóvil permanece estacionado durante varios días, eche un vistazo bajo del capó para asegurarse de que no lo reclamen los ocupantes peludos.
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