Mientras Tesla sigue dominando las ventas en el mercado europeo de vehículos eléctricos, en Japón, el modelo EV más popular es un pequeño hatchback estilo minivan que cuesta la tercera parte de un Model Y.
Aunque la industria automotriz japonesa ha presentado innumerables avances técnicos a lo largo de los años, y el Nissan Leaf fue el primer automóvil eléctrico producido en masa en la era moderna, los compradores nipones han tardado mucho más en cambiar a vehículos eléctricos que los de China o Europa. Sólo el 1,5 por ciento de los autos nuevos comprados en Japón en 2022 fueron totalmente eléctricos. Pero el Nissan Sakura de 63 caballos (47 kW) y su gemelo Mitsubishi eK X se llevan los honores gracias, en parte, a su atractivo precio de 13.300 dólares ($52 millones de pesos colombianos), según informa Bloomberg.
Es un precio increíble para un vehículo eléctrico en pleno funcionamiento y hace que incluso el nuevo e-C3 de Citroën, de 21.000 dólares, parezca costoso. Pero los compradores definitivamente deben aceptar algunos compromisos para conducir un vehículo eléctrico de este precio. El Sakura de 3.39 metros alcanza un máximo de 130 km/h, y tiene una modesta autonomía de 180 km con su batería de 20 kWh. Y al estar construido según las reglas japonesas de los kei-car nipones que dictan las dimensiones externas, es pequeño y con lados planos para maximizar el espacio interior.
Los mini-vehículos eléctricos representaron alrededor de la mitad de todas las matrículas de vehículos eléctricos en Japón el año pasado y han registrado más de 35.000 ventas hasta ahora en 2023, dice Bloomberg. Ese éxito no ha pasado desapercibido para los fabricantes de automóviles rivales: Honda, Suzuki, Toyota y Daihatsu, propiedad de Toyota, tendrán kei-cars eléctricos en 2024.
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