El refrigerante del radiador es otro líquido esencial para el rendimiento del vehículo. Pero ¿Cómo funciona exactamente? ¿Y cómo se puede estar seguro de que sigue funcionando?
Casi siempre se enfoca en los aspectos básicos de los lubricantes esenciales, como el aceite de motor y los líquidos de la transmisión. Pero los autos también necesitan otros líquidos para funcionar correctamente, entre ellos, el refrigerante del radiador que indirectamente afecta el rendimiento interno de la máquina.
El refrigerante es una mezcla de agua y anticongelante almacenada en el radiador del vehículo. La mezcla exacta varía de un motor a otro, pero la combinación 50/50 es la más común y suele ser suficiente para la mayoría de las condiciones.
¿Cómo funciona exactamente? Similar al cuerpo humano que utiliza el sudor para enfriarse en un día caluroso: transfiere el exceso de calor al agua y, a continuación, al aire exterior. El motor funciona igual: una bomba de agua empuja el refrigerante del radiador a través del motor. Este líquido enfría los componentes del motor a medida que pasa y recoge parte del calor. El aceite caliente vuelve al radiador. En el radiador, el paso de aire exterior se lleva algo del calor de líquido. Y el refrigerante se bombea de nuevo a la máquina para adelantar otro ciclo (Infografia Engar).
¿Por qué hay anticongelante en el refrigerante del radiador? El anticongelante del refrigerante del radiador actúa como una medida de seguridad doble. Impide que el refrigerante alcance la ebullición o la congelación incluso con temperaturas extremas. Como se indicó anteriormente, una combinación 50/50 es la más común, pero tener una proporción más alta de anticongelante puede reducir el punto de congelación de la mezcla y elevar su punto de ebullición, lo que permite soportar incluso situaciones más extremas.
Si un motor se queda sin refrigerante, seguramente todo se complica. El auto funciona quemando combustible de forma constante, lo que genera temperaturas muy altas rápidamente. Sin un sistema de refrigeración, los componentes esenciales no tardarían en fallar. Los expertos incluso señalan que la mayoría de las averías mecánicas son resultado de fallos en el sistema de refrigeración. Por ello, también se aconseja utilizar lubricantes con avanzados componentes resistentes a las altas temperaturas. Para más información, puede consultar a https://impocali.com/lubricacion/ o en https://www.wolflubes.com/es-es
La adición de anticongelante también es fundamental. Si el refrigerante solo estuviera compuesto de agua, finalmente esta se evaporaría, haciendo que el motor se sobrecalentara con rapidez. En el otro extremo, solo con agua, también sería vulnerable a la congelación en invierno, haciendo que el sistema de refrigeración se averíe.
¿Qué mantenimiento necesita el refrigerante del radiador? Se debe inspeccionar y cambiar el refrigerante del radiador periódicamente para proteger el sistema de refrigeración contra la corrosión. El etilenglicol —el componente principal del anticongelante— no caduca, pero por desgracia, no ocurre lo mismo con los aditivos anticorrosión.
La frecuencia de cambio del refrigerante depende de su tipo. Por ejemplo, el refrigerante VW G11 debe reemplazarse cada 2 o 3 años, mientras el VW G12+ solamente debe sustituirse cada 5 o 6 años.
Los componentes del sistema de refrigeración también requieren una inspección periódica. Es necesario revisar el radiador en busca de óxido, el cual puede reducir su capacidad para transferir el calor. La bomba de agua y el termostato también son fundamentales y es necesario verificar su buen funcionamiento. Por último, la cantidad de refrigerante del sistema debe comprobarse para ver si es necesario rellenarlo.
Si tiene previsto cambiar de refrigerante y utilizar uno nuevo, lo mejor es simplemente vaciar el radiador del refrigerante antiguo. Esto lo adelanta normalmente un mecánico.
Pero si eso no es posible, aún tiene otras opciones. Algunos tipos de refrigerantes son miscibles (lo que significa que se pueden mezclar homogéneamente) y otros no lo son. Consulte las propiedades en las etiquetas de los productos o a su mecánico de confianza.
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