Jeep Willys, 80 años de protagonismo del Día D

Este año se cumplió el 80º aniversario del Día D cuando el 6 de junio de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas desembarcaron en Normandía (Francia) por mar y aire en una operación militar sin precedentes para liberar Europa del yugo nazi. Entre los soldados, aviones, lanchas de desembarco y barcos, un auto pasó a la historia: el Willys MB Jeep.

Verdadero símbolo del desembarco aliado en las playas francesas, el Jeep Willys MB (Militar Modelo B) ocupa un lugar legítimo en el panteón del automóvil. Producido entre 1941 y 1945 para el ejército estadounidense, participó en todas las batallas contra las fuerzas alemanas.

Willys-Overland y Ford respondieron a una solicitud del ejército estadounidense mientras la Segunda Guerra Mundial asolaba Europa, y diseñaron uno de los primeros 4×4 en la historia del automóvil. En menos de cinco años, se fabricaron más de 640.000 ejemplares y, en su mayor parte, se enviaron a los teatros de operaciones de la guerra. 

Con un peso garantizado de una tonelada métrica (2204 libras) y unas dimensiones de 3.30 metros de largo, 1.57 de ancho y 1.74 m de alto, el Willys fue diseñado para ir a cualquier lugar, en cualquier clima y con cualquier tipo de carga. Con su motor de gasolina de cuatro cilindros Willys Overland MB que desarrolla 60 caballos a 3.820 rpm, el vehículo ligero todoterreno era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 105 kilómetros por hora, con una autonomía de 377 kilómetros. Fácil de mantener y reparar, el pequeño auto fue vital para que las fuerzas aliadas desembarcaran en Francia.

Su nombre podría provenir de la contracción oral de las letras GP, de «Propósito General», que se convertiría en «Jeep». Pero también podría provenir del acrónimo «Just Enough Essential Parts», en referencia a la construcción simple y básica del vehículo. De cualquier manera, se llamó Willys MB.

En su configuración básica, este pequeño auto militar venía equipado con una ametralladora principal y dos secundarias. También estaba equipado con una radio, elemento clave en sus misiones de reconocimiento y mando. Impresionados por su robustez, los militares no dudaron en adaptar sus Jeeps a las situaciones y exigencias que encontraban. Algunos estaban adaptados al terreno, como los desplegados en Normandía durante la batalla posterior al Día D, que utilizaron una barra vertical en el capó para cortar cables tendidos entre los árboles por las fuerzas alemanas, que buscaban matar a los ocupantes del Jeep.

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