Los pilotos de F1 son élite y pueden manejar casi cualquier cosa. Así lo han comprobado Yuki Tsunoda y Max Verstappen que se han atrevido a conducir un par de Monster Trucks.
Red Bull, propietaria de los equipos Red Bull y Alpha Tauri F1, enfrentó al dos veces campeón mundial contra el japonés en estos vehículos gigantes. Un auto de F1 moderno tiene un centro de gravedad bajo, pesa alrededor de 800 kilogramos y tiene un pequeño motor de 1.6 litros que produce 1000 caballos de potencia. Utiliza la aerodinámica para la velocidad y va de 0 a 300 km/h y vuelve a 0 en menos de cinco segundos.
En comparación, un Monster Truck tiene un centro de gravedad extremadamente alto, por lo que volcarse es un riesgo grave. Sus grandes motores V8 generan alrededor de 500 caballos. Cada rueda pesa 700 kilogramos, un poco menos que un F1 moderno.
Lo único que les importa a los camiones monstruo aerodinámicos es agarrar aire cuando se lanzan o saltan obstáculos. Tanto Verstappen como Tsunoda están sorprendidos de lo ruidosos que son los trucks, lo accidentados que son para conducir y la cantidad de suciedad que se arroja a la cabina al rodear la pista en el fondo de la mina Erzberg en Austria.
Desde el principio, Tsunoda demostró que era rápido, empujando la Ram azul y blanca alrededor del campo en 58.3 segundos. Fue un tiempo impresionante, pero Verstappen logró dar la vuelta en un poquito más de 55 segundos.
Además de estar en la cima del mundo de la F1, Red Bull ha dominado el arte de la publicidad en las redes sociales. Su canal de YouTube presenta todo tipo de deportes extremos y pone a sus pilotos de F1 en situaciones interesantes, como conducir un auto de F1 en Australia para arrear ganado o viajar por carretera de Nueva York a Miami en uno de sus monoplazas.
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