Con la creación de la asociación gremial de concesionarios automotores (Aconauto), se da visibilidad a uno de los sectores de mayor importancia para el consumidor de automóviles en el país.
Al estilo de la poderosa North American Dealer Association (NADA), Aconauto nació en este año de la necesidad de una organización que tuviera como foco la representación de los concesionarios de vehículos.
“Existen otras entidades gremiales que por representar variado tipo de negocios pueden en un momento entrar en conflicto de intereses y, ante esta situación, un grupo representativo de empresarios del sector decide conformar Aconauto, una asociación que los una y los represente”, explica Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo.
Quijano quiere referirse a que la situación actual de los ya 114 concesionarios afiliados en lo que va corrido del año no es nueva porque en su prolongada experiencia como empresario del sector automotor ha visto crisis cíclicas cada cinco años.
“Es más: en 2020 tuvimos la mayor crisis de todas con el confinamiento producto de la pandemia y, si bien las ventas rozaron el fondo, los dos años siguientes fueron de muy rápida recuperación”, señala Quijano.
El punto es que, gracias a la visión de largo plazo de los concesionarios, que en no pocos casos son empresas familiares de varias generaciones en el negocio, los períodos de ventas flojas son usuales y preceden períodos de gran auge.
Por ejemplo, la persona o empresa que decide aplazar la decisión de comprar vehículos nuevos por razones de incertidumbre económica normalmente tendrá que hacerlo al año siguiente, pero con el inconveniente de que su usado valdrá un 10% menos por causa de la depreciación.
En síntesis, los concesionarios colombianos de automotores son fuertes y saben cómo manejar las crisis de mercado.
Es de resaltar que el sector automotor colombiano aporta entre 23 y 25 billones de pesos anuales en impuestos al fisco nacional, y genera 45 mil empleos directos y 370 mil indirectos.
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