La geografia mundial está loca desde tiempos de la globalización, y hoy dia, un ejemplo de ello es el legendario Salón del Autómovil de Ginebra, Suiza, que con más de 100 años de existencia, se organiza en Qatar.
La exhibición más importante de la industria automovilística mundial se lleva a cabo en la actualidad en un centro de convenciones con aire acondicionado en una ciudad moderna excavada en el desierto, ubicada a casi 5000 kilómetros de los Alpes, donde se encuentra Ginebra.
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No es una muestra remota sino la consecuencia de la pandemia Covid 19 que ha suspendido el autoshow por tres años consecutivos, y que los organizadores han intentado mantener a flote a como de lugar. Y una salida fue Qatar, pequeño país pero grande en riqueza de gas y petróleo, que organizó el año pasado la Copa Mundial de la FIFA y ahora tiene un contrato de 10 años para ser sede de un Gran Premio de F1, disputado este mismo fin de semana al tiempo con el salón del automóvil.
En comparación con el enorme desembolso financiero requerido para organizar una Copa del Mundo en un país tan chico y asegurar un acuerdo a largo plazo con la F1, Qatar probablemente aseguró el Salón del Automóvil de Ginebra con un pequeño presupuesto y tiene la intención de convertirlo en un certamen bianual, complementario al suizo que se llevará a cabo en febrero de 2024.
Para darle impacto mundial, los organizadores árabes no escatimaron esfuerzos, por ello, invitaron al embajador de la Copa Mundial de Qatar, David Beckham, a la ceremonia de apertura, pero ello no provocó una avalancha de estrenos mundiales.
La feria ha tenido una asistencia buena en cuanto a marcas, entre ellas Volkswagen, Audi, Porsche y Lamborghini, el Grupo BMW y Mercedes-Benz, junto a empresas como Kia, McLaren, Nissan y Toyota.
Si bien esas marcas estuvieron presentes, ninguna reveló nada que tuviera más que un significado regional y promesas de estrenos mundiales. Toyota mostró una nueva edición especial del Land Cruiser, una versión personalizable del vehículo más vendido en Qatar. Porsche mostró el concept Mission X y Lamborghini el Revuelto PHEV y el elegante Lanzador EV. Por su parte, Audi mostró el nuevo Q8, mas bien la versión deportiva de la camioneta denominada SQ8.
La marca de lujo alemana decidió traer la versión de alto rendimiento con el motor V8 biturbo de 4.0 litros que produce 500 caballos de fuerza y 770 Nm de torque.
La actualización de mitad de ciclo llega unos cinco años después del lanzamiento del Q8 y trae cambios de estilo discretos junto con tecnología de iluminación más avanzada. En la parte delantera, hay faros LED HD Matrix opcionales con luz láser, mientras que las traseras ahora emplean OLED. En la parrilla ahora hay elementos octogonales. El auto de exhibición tuvo carcasas de espejos laterales en fibra de carbono y enormes rines de 23 pulgadas, aunque también tendrá de 22 y 21 pulgadas.
A pesar de su gran tamaño y peso, el SQ8 es muy rápido: necesita sólo 4,1 segundos para alcanzar los 100 km/h, y, puede alcanzar una velocidad de 250 km/h regulada electrónicamente. En el futuro, Audi venderá el Q8 de gasolina y diésel junto con un Q8 E-Tron / Q8 E-Tron Sportback totalmente eléctrico, que son versiones renovadas del «antiguo» E-Tron / E-Tron Sportback.
Ese fue el estreno mundial más relevante del Ginebra-Qatar autoshow que finaliza este sábado 14 de octubre. No es nada parecido incluso a los reducidos salones del automóvil recientes de París, Frankfurt o Munich. Pero eso a Qatar no le importa: las exhibiciones en los autos son solo una parte de una serie de certámenes interconectados.
La más notable, por supuesto, fue la carrera de Fórmula 1 que se celebró justo al final de la calle, en el Circuito Internacional de Lusail. También hay un futuro foro de diseño, dirigido por el Qatar Auto Museum, y un «centro de aventuras al aire libre» en el desierto, aproximadamente a una hora al sur de Doha. La idea es que el autoshow se convierta en un destino para atraer turistas.
Es un concepto intrigante, que no carece de potencial. El primer día público del espectáculo, los fanáticos de la Fórmula 1, ataviados con productos de las escuderías, estuvieron muy presentes en el salón, ya que los asistentes a la carrera obtuvieron entrada gratuita. Pero está claro que aún queda camino por recorrer. Y si bien el país puede comprar certámenes de fútbol y carreras automovilísticas de alto perfil, un salón del automóvil de Qatar siempre tendrá el desafío inherente de que el mercado automovilístico local simplemente no es tan importante a escala global.
Aún así, el futuro de Doha es grande, y recuerda que Qatar tiene forma de crear algo a partir de la nada mediante una combinación de fuertes inversiones y pura fuerza de voluntad. Lo que podría resultar más difícil es generar credibilidad y herencia para que este espectáculo se convierta realmente en una parte clave del calendario automovilístico.
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