Esto simplemente es de no creer, Uno qué va a escribir sobre una noticia que no asimila, que parece un malogrado guión de ficción y que no se quiere entender. Por eso, no quisimos redactar ni publicar la noticia de lo sucedido ayer domingo en el Autódromo de Tocancipá.
No queremos que esa realidad pase por nuestra puerta. Ella golpea pero nos negamos a abrirle. Enfrentamos esto como una de esas fake news de la vida y esperamos que la noticia fatídica sobre Luz Eusse, Lupi, sea una de esas bromas que vemos por redes sociales. Así que no describiremos los detalles de ese momento que nos tiene en shock sino los que verdaderamente la recuerdan.
Ella era la mujer que demostraba más pasión por el automovilismo y los fierros de cuantas conociamos. A cuanto certamen de autos la convocaban, allá llegaba sin importar ni el día ni la hora, siempre con esa actitud relajada de viernes, lista para reir o hacer bromas.
Con los colegas no la bajabamos de loca, …. siempre nos tratamos como un amigo más, en un ambiente siempre compuesto en su mayoría por el género masculino. Eso a ella no le importaba y hablaba como uno de nosotros. Por eso, verla era sinónimo de alegría, de sonrisas. Amaba a su amigo Ricardo Soler con quien hizo equipo en múltiples tareas, la más reconocida quizás la del programa ‘Autos y Motos’ de Blu Radio donde estuvo 11 años. El TC 2000 era el culmen de su pasión, al punto que compite en la categoría TC Junior hace unos ocho años
Que recordemos, jamás hablamos cosas diferentes a los autos. De risa estridente, nos golpeábamos rueda a rueda durante las temporadas que los hermanos Bonilla organizaron en una pista al norte de Bogotá. En el circuito dejaba todo y timoneaba el kart a lo que diera. No dejaba un espacio para sobrepasarla. Eran dos y tres horas de pura diversión, risas y jodas. No nos iba mal, pero tampoco muy bien: a mi porque mis entonces 80 kilos me castigaban, y a ella por la estatura ya que bordeaba los 1.80. No por nada fue modelo y durante años presentó los resultados del Baloto por televisión. A veces la saludaba con la señal de la lotería y ella devolvia favores con la misma y uno que otro empujón de joda y ocurrencia.
Ella se aguantaba las idas al autódromo, esos trancones y la lejura para llegar al escenario. Solo dejaba de ir a las citas con los autos cuando una de sus hijas se enfermaba
No éramos muy cercanos en el día a día, solo cuando nos encontrábamos en los karts, el autódromo o en lanzamientos de las marcas. Con decirles que pasaron meses antes de saber que no se llamaba Guadalupe como yo pensaba sino Luz Piedad, nombres que combinados no le gustaban ni cinco. Por eso, Lupi era más cómodo decirlo, para nosotros y para ella. Era su marca.
Todo esto es absurdo, increíble, bizarro, toda una mierda que nos negamos a aceptar.
Para nosotros, la realidad de la muerte se disfrazó de ficción. Lupi no se ha ido, simplemente aceleró y tomó primero la curva antes que nosotros. Por eso, no la vemos. Su motor no se ha apagado.
Fotos: Redes sociales Luz Eusse y Blu Radio
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