Después de una pausa de más de 50 años, tiempo durante el cual se centró más en Marte y otros lugares de nuestro sistema solar, Estados Unidos finalmente aterrizó algo en la Luna. Un esfuerzo de colaboración entre la NASA y una compañía espacial privada Intuitive Machines, el módulo de aterrizaje clase Nova-C llamado Odysseus alunizó con éxito en la superficie árida del satélite terrestre.
La misión IM-1, como se la llama, despegó del Complejo de Lanzamiento 39A en el Centro Espacial Kennedy en Florida el pasado 15 de febrero, propulsada por un cohete SpaceX Falcon 9.
La misión es la segunda del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA, un esfuerzo destinado a conseguir la ayuda de empresas privadas para promover los objetivos de la exploración de Artemis Moon. El primero, el módulo de aterrizaje Peregrine fabricado por una empresa llamada Astrobotic, falló a principios de enero.
Según los detalles proporcionados por la agencia espacial, Odysseus aterrizó en la superficie de la Luna a las 5:23 p.m de ayer jueves 22 de febrero. La operación no estuvo exenta de problemas, ya que una serie de inconvenientes técnicos que por fortuna resultaron irrelevantes provocaron un retraso en el calendario inicial.
La llegada de Odiseo a la Luna no sólo marca el regreso de Estados Unidos allí en más de un siglo, sino que también entrará en los libros de historia como el momento en que la nación logró su primer aterrizaje suave comercial en la Luna.
La Intuitive Machine lleva consigo un total de 12 experimentos científicos, seis de la NASA y el resto de socios privados. Una de las cargas a bordo más importantes de la agencia espacial es el experimento de navegación Lunar Node-1, que se utilizará para probar si se puede establecer una red de navegación terrestre en la superficie.
Los experimentos privados, por otro lado, van desde obras de arte hechas por Jeff Koons hasta aislamiento térmico reflectante. Quizás el más interesante de todos sea el sistema EagleCam, que se utilizó para tomar «la primera imagen en tercera persona del mundo de una nave espacial llevando a cabo un aterrizaje extraterrestre».
En cuanto al módulo de aterrizaje, es una pieza de hardware que mide 4,3 metros de alto y pesa 675 kg.
La duración estimada de la misión IM-1 a la Luna es de sólo siete días, porque después la larga noche lunar descenderá sobre Malapert A, donde aterrizó, y es probable que deje inoperables a Odysseus y su carga.
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