En sus 105 años de historia, Citroen siempre se destacó por sus nuevas tecnologías, y vehículos adelantados a su tiempo, originales piezas publicitarias e incluso su logotipo, que evolucionó y adquirió contornos más modernistas. Entre tantos modelos que destacaron se encuentra el Traction Avant, presentado en abril de 1934 y lanzado al mercado el mes siguiente.
Traction Avant significa literalmente “tracción delantera”, aunque el nombre oficial era numérico y hacía referencia a la potencia del coche: 7CV. Desarrollado por André Lefèbvre y Maurice Sainturat en sólo 18 meses, el vehículo era tan avanzado que aun parecía contemporáneo dos décadas después, ya que se fabricó hasta julio de 1957.
La Traction Avant no inventó las tecnologías que la hicieron famosa: suspensión independiente, construcción monocasco, tracción delantera, frenos hidráulicos; pero la combinación de ellas fue única. La adopción temprana de CITROËN de estas tecnologías significó que el Traction Avant no solo era alrededor de un 25 por ciento más ligero que la mayoría de los rivales de la época, sino que se veía radicalmente diferente. Sin árbol de transmisión en las ruedas traseras, era espacioso por dentro, sin chasis separado de la carrocería, era bajo, ligero y ágil.
Los primeros Traction Avant estaban equipados con un motor cuatro cilindros de 1.303 c.c que generaba 32 caballos, y rápidamente evolucionó a 1.529 c.c y 35 hp. En octubre de 1934 aparece la familia 11cv, también con motor de cuatro cilindros, pero de 1.911 c.c y 46 hp.
En 1938 aparece y complementa la gama una versión más poderosa, denominada 15Six, con máquina seis cilindros, 2.867 c.c. Todos usaban una caja de cambios de tres velocidades, cuya palanca, al estilo típico de Citroën, sobresalía verticalmente del tablero.
El diseño exterior del Traction Avant era cautivante, con sus ejes rodantes tan cerca de los límites de la carrocería y su baja altura por la ausencia del chasis, que daba la sensación de movimiento aún con el auto estático. Además, la carrocería monocasco le otorgaba grandes ventajas que lo adelantaban a su tiempo:
Aerodinámica, porque el vehículo era más bajo y eso le daba una menor superficie frontal, reduciendo la resistencia al aire.
Peso: Al ser monocasco, la eficiencia del conjunto ofrecía una notable reducción de peso que representaba una mejora en el consumo.
Seguridad: La carrocería tenía una rigidez tal, que soportaba impactos inimaginables para aquellos años. La suspensión independiente y las barras de torsión sobre el eje trasero, le otorgaban un confort de marcha excepcional, dándole una estabilidad en ruta inédita hasta la fecha. El interior disponía de un piso totalmente plano, gracias a que no tenía el túnel para la típica transmisión trasera, utilizada hasta ese momento en los automóviles de tecnología más antiguas.
En la parte delantera, hay una manija de arranque insertada en la vasta parrilla delantera. La caja de cambios se operaba a través de una especie de compuerta en H vertical; sorprendentemente fácil de trabajar en la realidad. Lo más sorprendente es cómo los controles, además de la dirección sin ayuda, se sentían livianos, fáciles e incluso modernos de operar.
Los frenos de tambor eran lo suficientemente fuertes para el tráfico moderno y el motor era sorprendentemente manejable. Se mueve maravillosamente desde bajas revoluciones (rpm): se decía que la marcha más alta en una Traction Avant era ‘buena para todo, desde 10 kph hasta 100 kph’, lo que lo hacía realmente fácil conducir sin problemas. En cuanto al confort, fue una revolución en ese momento gracias a la suspensión moderna y a la carrocería súper rígida.
Este icónico modelo de Citroen no solamente fue súper vanguardista con sus soluciones técnicas, sino que además fue un éxito de ventas, con una producción de 759.123 unidades. La gama Traction Avant se mantuvo desde 1934 hasta 1957 y en esta larga trayectoria su abanico de modelos fue enorme: sedan cuatro puertas, cabriolets, falso-cabriolet, comercial, familiar y limusina. Su mayor evolución la logró en 1954 cuando se lanzó el 15Six H, buque insignia de la marca, vehículo que contó con tracción delantera, motor de seis cilindros y la innovadora suspensión hidroneumática sobre el eje trasero. Además, fue un vehículo donde muchísimos carroceros expresaron su arte, incluyendo las famosas versiones presidenciales desarrolladas por Henri Chapron para el presidente de Francia, el General De Gaulle.
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