Los autos tienen nombre y apellido; lo demás son apodos. Unos simpáticos, otros no tanto, esos motes quedan como leyendas urbanas y populares que recuerdan una característica especial en diseño o en rendimiento. ´Zapatico´ era el Suzuki SC100; ´Cuatro Latas´ le decían en España al Renault 4; ´Tiburón´ siempre recordará al Citroen DS21, y el Willys 1955 no tendrá otro nombre que ´Oreja de Perro´. Y para rematar, el Nissan GT-R será ´Godzilla´ para la eternidad.
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De un momento a otro estábamos desubicados, un virus nos botó en medio del mar y nos dijo hagan lo que puedan, o lo que es lo mismo, reinvéntense. Bueno, en ese contexto, en esa necesidad de salir a flote y sobrevivir a corrientes y mareas, y gracias a nuestra absurda terquedad a la rendición, aparecieron varias islas adonde llegar. Y como ha sido nuestra costumbre, elegimos la más lejana, la más peligrosa pero la más conveniente para nuestros lectores, seguidores y clientes. Llegamos a la interactividad.
Asintomáticos por fuera; muy heridos por dentro, como casi siempre. Con pandemia o no, siempre estamos así, aparentando felicidad mientras nuestra vida real se desmorona.
Varios Fiat, Peugeot y Alfa Romeo estuvieron abandonados por más de 30 años en un terreno de Buenos Aires (Argentina) convirtiéndose en verdaderos tesoros escondidos
Nada más aburrido que ver una línea de ensamble de vehículos. Los primeros cinco minutos emocionan, pero luego todo se vuelve repetitivo, frecuente. Pero si uno le pone cuidado, es un trabajo de coordinación donde el error es casi nulo. El que se equivoca o se demora afecta todo el proceso de producción que cuesta mucho tiempo y dinero. Por eso, cuando se es parte de esa línea, uno de los primeros consejos de los instructores es cumplir con la tarea y ser solidario para recibir y entregar.
Hace ya muchos años un tío lejano, de esos que uno casi no ve y que tiene mucho dinero, transitaba en su campero por una vía llanera cuando de la nada se le apareció un Simca y se lo llevó por delante. Por fortuna, sin consecuencias que lamentar, se bajó de su rústico pero indestructible […]